Contradicciones del Sistema de Educación Superior Chileno.
Me duele saber que en nuestro país no existen universidades estatales en el sentido que corresponde. Lo que tenemos hoy son universidades que, a pesar de su naturaleza legal de derecho público, no cumplen una función pública, vale decir, atender a los alumnos de bajos recursos que tengan méritos académicos.
Dentro del consejo de rectores tenemos universidades que atienden mayoritariamente a gente de clase media y sectores acomodados -que bien pueden pagar-, esto debido a la PSU, cuyo filtro se encarga de segregar alumnos por condición socio-económica. Paralelamente podemos ver, que nuestro verdadero motor de integración social (función Pública), está siendo realizado por centros de formación técnica e institutos profesionales, los cuales no realizan selección por PSU, por tanto, acogen a gran parte del alumnado de los primeros quintiles de ingresos.
Dentro de las universidades del consejo de rectores hay universidades privadas que por el hecho de haber sido fundadas antes de la reforma se les llamó “Tradicionales” –hoy agrupadas en la “Red Cruz del Sur” para defender sus intereses-, las cuales acaparan una porción no menor de recursos del estado, siendo que no es ahí donde están los necesitan esos recursos. ¿Cuál es la diferencia entre la Pontificia Universidad Católica con la Universidad Diego Portales?, prácticamente ninguna: ambas albergan a alumnos de sectores acomodados y ambas son privadas, por tanto, la única diferencia es haber sido creada antes y otra después, sin embargo, pese a la notable semejanza, la PUC se jacta de tener un fin de interés público, ¿con los pobres?, ¿o será que sus estudiantes se sienten ser la élite llamada a luchar por la igualdad social? Para mí, este es sólo una escusa de una universidad que no quiere dejar de recibir fondos del estado, para así competir deslealmente a aquellas universidades –también de élite- que se esfuerzan por arrebatarle su puesto. ¿Quién paga esta competencia desleal? Lamentablemente la pagan aquellos alumnos de escasos recursos que hoy no pueden financiar sus estudios.
Por tanto, hemos construido un sistema perverso, esquizofrénico (alumnos de la PUC gritando “educación primero al hijo del obrero”), averiado motor de movilidad social. Recursos públicos que bien podrían hoy destinarse a los pobres, están siendo canalizados a universidades de élites, como la universidad de Chile y la católica. ¿Es muy distinta la universidad de chile en lo descrito de la universidad católica? ¿Cómo solucionar este embrollo?
Tengo la convicción de que por cada peso mal gastado en nuestro país, más tendrán que esperar los pobres, por eso mismo considero que deberíamos sincerar nuestro sistema. ¡Recursos públicos a los alumnos que lo necesiten! Sí, tan simple como eso. Esto significa que cada institución de educación superior debe recibir recursos en función de la cantidad de alumnos vulnerables de acoge. Esto se traduce en terminar con las subvenciones a los que tienen. Terminar el acaparamiento de fondos públicos de las universidades tradicionales de Santiago, que teniendo vocación de élites, reciben más recursos que aquellas universidades estatales regionales que sí trabajan con pobres.
¿Cuál es el rol entonces de la ya extinta educación pública? Hoy la educación pública tiene una deuda con los pobres. Primero hay que comenzar a reconocer que los pobres no están en nuestras facultades, a ellos los hemos espantado con la P.S.U. Si queremos que el estado nos financie, entonces declarémonos con una vocación social mayor que el resto. Volvamos a ser aquellas universidades motor en la movilidad social, como algún día lo fuimos. ¡Rompamos la dinámica de la PSU, si ya sabemos que ésta nos aleja de nuestro vínculo con los pobres! Sólo así podremos pedir entonces un financiamiento estatal como corresponde. No puede haber financiamiento elevado siendo que nuestros compañeros de aulas son de sectores acomodados, eso es subvencionar la riqueza, y hacer esperar a los pobres.
Finalmente me gustaría destacar a aquellas universidades que, siendo estatal sí pueden pedir mayor financiamiento, como lo es la Universidad de Playa Ancha, la cual ha tenido una vocación popular innegable. ¡No es posible entonces que la PUCV reciba más financiamiento que ésta!Henry W. Wachtendorff M.
Estudiante de Administración Pública
Universidad de Valparaíso.
Estudiante de Administración Pública
Universidad de Valparaíso.
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